Hoy os voy a contar un cuento muy especial. Es un cuento dedicado a los que están pasando por un mal momento y a aquellos que son emprendedores y saben ver de una manera diferente una situación en principio complicada.
Recordad que siempre hay oportunidades, sólo hay que descubrirlas.
Recordad que siempre hay oportunidades, sólo hay que descubrirlas.
EMPUJA LA VACA
Un
sabio paseaba con su discípulo por un paraje totalmente desértico,
donde no había nada, ni casas, ni tiendas, ni carreteras, nada. En medio
de ese paraje vieron que había una casa muy pobre y decidieron
acercarse. En aquella choza vivía una familia, el padre, la madre y
cinco hijos, vestidos pobremente. El sabio le preguntó al padre de la
familia: "En este lugar no hay nada ¿cómo hacen para sobrevivir aquí?"
El padre respondió: "pues nosotros tenemos una vaca que nos da varios
litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo
cambiamos por otras cosas y con la otra parte hacemos queso, cuajada,
etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo."
El sabio agradeció la información, se despidió y se fue. Cuando habían
recorrido un tramo, el sabio le dijo a su discípulo: "Vuelve, coge la
vaca y empújala por aquel precipicio". El discipulo le contestó
espantado: "¿Pero cómo voy a hacer yo eso? Esa vaca es lo único que
tienen para sobrevivir, no puedo matarla!", pero el sabio, con mucha
calma volvió a repetir: "Vuelve, coge la vaca y empújala por aquel
precipicio". El discípulo obedeció muy triste.
Aquella escena
quedó grabada en la memoria de aquel jóven durante algunos años. Al cabo
del tiempo, todavía con sentimiento de culpa por lo que había hecho, el
discípulo decidió volver a aquel paraje a pedirle perdón a la familia
por lo que había hecho.
Sin embargo, cuando llegó a aquel
paraje, observó que en el lugar de la choza había una casa muy bonita,
con un jardín precioso, un coche en la puerta, muchos juguetes por todas
partes. En un primer momento el discípulo pensó que aquella familia tan
humilde no habría sobrevivido sin la vaca, pero pronto se dio cuenta
que aquellos niños que jugaban en el jardín eran los mismos que él había
conocido tiempo atrás. Entró en la casa y vio que allí estaban el padre
y la madre de la familia, muy felices. Les preguntó: "Hace un tiempo
vine y no tenían nada, ¿Cómo han hecho para prosperar de esta manera?"
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